La vida es como el tabaco,
te va matando lentamente desde el primer día que respiras su
tóxico pero imprescindible humo hasta que acaba contigo.
Por ello, hay gente que prefiere morir intentándo desintoxicarse
que seguir viviendo arrodillado ante ella (porque al igual que las otras drogas, esta tiene sus momentos de mono, de desesperación, etc)... pero no es mi caso.
Al igual que existen problemas familiares por culpa de las drogas
o el alcohol, puede existir por esta adictiva ilusión que es el vivir, y yo juro que no tengo intención de intentar desintoxicarme de ella.
Te quiero, pero jamás dejaré mi vicio de vivir por ti.
Todos los vivos mueren, pero no todos los muertos realmente han vivido, y yo no quiero pertenecer a este último grupo.
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