El mundo se alborotó por culpa de la alocada idea de Mark Bellison, y ese problema dejó de tener solución cuando él falleció. Desde entonces, desgraciadamente, las ingenuas mentes humanas no han tenido la capacidad de dudar sobre esa idea, solo unas pocas privilegiadas lo han sabido hacer. Al parecer, son más creíbles y lógicas las historias viejas por el simple hecho de ser viejas que la ciencia inteligente actual.
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